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Economato arciprestal "El Rebost" |
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INFORME
TRIMESTRAL Desde el principio se ha contado con la presencia de ocho voluntarios al menos en las tareas de atención a las familias, de manera que se les facilita un número de orden tal como van llegando para tener su turno. En primer lugar pasan por la mesa del pedido, donde se completa la hoja y se realiza el pago. La familia pasa al mostrador de servicio, mientras el pedido es preparado en el almacén y se saca al mostrador. El sistema funciona con bastante agilidad, salvo cuando se presenta una familia que acude por primera vez, que se debe dar de alta en el sistema informático y se tarda unos cinco minutos en atenderla. El tiempo habitual es de unos dos a tres minutos por familia. Se producen aglomeraciones en la primera hora, pues la mayor parte de las familias acuden a la vez. Ello hace que haya un tiempo de espera de unos treinta minutos entre las seis y las siete más o menos. Del listado inicial de productos proporcionados, se ha ampliado por las peticiones de los usuarios, estando formado el surtido actual por leche entera y semidesnatada, aceite de girasol, sal, harina de trigo, azúcar, huevos, arroz, legumbres secas (alubias, garbanzos y lentejas), legumbres cocidas, macarrones, espaguetis, fideos finos, galletas, atún, sardinas en aceite y tomate, y productos de limpieza e higiene (gel de baño, champú, detergente para lavadora y compresas). Ocasionalmente, se ha suministrado también pan tostado, caballa en aceite y nueces. Los precios establecidos para los productos se han calculado en base al precio medio de compra en los supermercados de la zona, siendo el precio de referencia el de Mercadona, sin considerar los precios de las ofertas. A partir de esa cuantía calculada, el precio fijado para la venta es la mitad del valor medio, redondeado a cinco céntimos. El grado de satisfacción de las familias es alto, y se ha tenido en cuenta sus opiniones en la incorporación de los nuevos productos. Ha sido sorpresa para los gestores, que la previsión de ventas de los productos no ha sido la esperada, debido al importante sesgo que se presenta entre familias inmigrantes y nacionales. Los gustos por los productos no son los mismos, por lo que se ha adaptado a sus peticiones la disponibilidad. Por ejemplo, se ha pedido la leche semidesnatada y las sardinas en tomate. También se ha reducido la cantidad de legumbres secas a favor del arroz y las legumbres cocidas, y se han introducido los espaguetis con los macarrones. La compra inicial se realizó en el supermercado Consum por una cuestión de rapidez y transporte. La cantidad inicial fue de unos 1000 kilos y unidades de alimentos, según una estimación prevista basada en la observación de los productos más habituales de la cesta de la compra en los supermercados. A partir de la segunda semana, la comisión de compras valoró los precios de los distintos supermercados próximos (Dia, Lidl, Aldi, Vidal y Carrefour). Se ha observado que el precio de referencia de Mercadona es similar al de Consum, Vidal, Dia y Carrefour. Las cadenas Lidl y Aldi tienen los precios más bajos siempre en casi todos los productos. Sin embargo, se ha observado que salvo Mercadona, las demás tiendas tienen ofertas regularmente, vales de descuento, promociones y demás. Por ello, la comisión de compras ha conseguido las tarjetas de fidelización de Carrefour, Dia, Consum y Vidal, con las cuales se puede conseguir algunos productos a precios de oferta en determinadas fechas. La estrategia de compras que se ha seguido pasa por conocer cuáles son las ofertas de la semana en una primera fase, para a renglón seguido planificar la compra siguiendo una ruta de tienda en tienda comprando aquello que resulta más ventajoso en precio. Cuando no existe una oferta válida, se compra en Lidl o en Aldi, por ser el precio más bajo en general. A pesar de ello, no se sigue una estrategia sistemática de precio bajo. Se contrasta previamente que el precio bajo suponga una calidad aceptable del producto que se compra. En ocasiones un precio bajo ha supuesto una baja calidad, como ha sucedido con las lentejas o el atún. En ese caso, se renuncia a un bajo costo por otro con un precio más alto, pero de mejor calidad. También se ha intentado introducir productos perecederos, como el pan, productos cárnicos y huevos. Aunque se iniciaron gestiones en ese sentido, no han sido consideradas por la corta vida de estos productos, donde los sobrantes de una semana no se podrían guardar para la siguiente. Tan sólo los huevos se han introducido con éxito y se pueden conservar de una semana para la siguiente los que quedan. Se ha colocado el almacén de forma que los productos similares están unos junto a otros para facilitar la preparación de los pedidos. El pedido puede prepararse por un mínimo de dos personas, aunque es más cómodo la presencia de tres o cuatro. No es conveniente muchas más personas en la preparación porque las listas de la compra no son extensas. La parte alta y baja de las estanterías, así como la ubicada al fondo, se utiliza de almacén de acopio, mientras que las zonas intermedias son los productos que se van sirviendo en la semana. Se procura observar las fechas de caducidad, especialmente de los productos recibidos en los donativos, retirando aquellos cuya fecha de caducidad ha pasado. Cada semana, al terminar la distribución, se realiza el inventario de existencias con el fin de conocer cuáles son las compras necesarias para la semana siguiente, a partir de las cifras previstas de productos necesarios para atender una semana. En la tabla aneja se puede ver la evolución del almacén durante el trimestre, con las cifras consumidas y las existencias a fin de año, una vez integrados las donaciones recibidas. Durante el mes de diciembre se ha lanzado a las Parroquias y otros colectivos (colegios, asociaciones, etc.) una campaña de recogida de alimentos no perecederos. El resultado ha sido satisfactorio, habiéndose recogido 2607 kilos y unidades por las Parroquias y 576 del Colegio Sagrado Corazón. Asimismo se han recibido donaciones en alimentos de la Asociación Vecinal de Mislata por 2120 kilos unidades y la Asociación de Vecinos de El Quint 202 kilos unidades. También se han recibido aportaciones en efectivo, por parte de la Asociación de Mayores Voluntarios 300 euros, las Juventudes del PP 280 euros, la colecta entre los asistentes al Concierto de Navidad de la Coral Ramón Ibars 84 euros y otras cantidades donadas por particulares, hasta un total próximo a los 200 euros. Los productos recibidos se han integrado en el almacén de acopios todos los que figuran en la lista de productos en venta, como el arroz, legumbres, atún y demás, mientras que los demás productos casuales o de temporada se han repartido equitativamente entre las familias, como el turrón, conservas vegetales, fruta en almíbar, galletas de chocolate y otros. En cuanto a las conservas de comida preparada enlatada, se pondrán a la venta durante el mes de enero. Además, el comité de Gestión aprobó en su plenario de noviembre obsequiar a las familias con un vale para adquirir productos en la carnicería por un importe variable en función de los miembros de las unidades familiares. La cuantía de estos vales ha sido de unos 850 euros, que ha sido abonado por las Parroquias de procedencia de las familias. Son la pieza clave fundamental del funcionamiento del Economato. Se ha constatado una desigual presencia por cuanto parece que el número de los presentes habitualmente está en función de la implicación de las respectivas parroquias de origen en el Economato. Así, Los Angeles tiene habitualmente cuatro personas, San Marcos tres, San Carlos una y San Francisco y San Miguel ninguna. En el mismo sentido, el 40 % de las familias proceden de Los Angeles y el 30 % de San Marcos. Es conveniente que haya una persona de cada parroquia de origen para que haya una cara conocida en el Economato cuando acude una familia al mismo, y les puede resolver aquellas dudas que tengan así como participar de la tarea de acogida y servicio. También sería deseable que los párrocos establecieran un turno para pasar por allí en horas de servicio y charlar con las familias mientras esperan y que se sienta su presencia también en este lugar, no tanto en el trabajo sino relacionándose con las familias. Para el siguiente trimestre se producirá la renovación de la documentación de las familias que acuden al Economato, teniendo previsto las Cáritas aumentar la dotación económica de la ayuda. Por ello, se ha pensado ampliar la gama de productos a la caballa en aceite y el paté de cerdo, así como elevar algunos límites de compra de productos como la leche y el aceite. En cuanto a los voluntarios, se pretende implicar a los jóvenes también en el Economato para colaborar en las tareas de servicio y acogida. El tiempo que dure esta actividad es desconocido y es evidente que no puede descansar sobre los hombros de media docena de jubilados que dedican su tiempo a ello. Es preciso que haya un relevo generacional y una participación de los jóvenes de ahora, adultos del mañana en el servicio a la comunidad. |